¿Quién promueve la destitución de Trump?

L. ALBERTO RODRÍGUEZ
Fuente, http://www.excelsior.com.mx/

La influencia del senador Marco Rubio sobre Donald Trump es notable y lo es también en mis conversaciones con amigos periodistas en Washington. Parece que no hay tema político que escape a mencionar el nombre de este representante por la Florida.

El más reciente episodio: la maniobra de Rubio para descarrilar a la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, como posible ocupante del cargo de secretaria de Estado durante la administración Trump, ante una eventual dimisión de Rex Tillerson.

Rubio habría llamado la atención del presidente Trump acerca del trabajo de Haley. ¿Cuál fue el pecado de la diplomática? Emprender una sustitución paulatina de varios empleados de la misión de Estados Unidos en la ONU por personal de confianza que ella misma había traído desde Carolina del Sur y que le son leales, desde que participaron con ella en sus campañas por la gubernatura del Estado en 2010 y 2011.

“Marco Rubio sabía de antemano que eso a Trump no le agradaría”, me dijo K., periodista experto en temas del Partido Republicano. Me habla desde un restaurante, sorbe de su taza de té de menta y agrega:

—¿Por qué Marco Rubio no quiere a Nikki Haley sentada en el sillón de Rex Tillerson? Es fácil saberlo: él quiere a su amigo Mike Pompeo sentado ahí. Persuadió a Trump y automáticamente quedó fuera del selecto grupo de posibles sustitutos de Tillerson.

El propio Rubio alienta la salida de Tillerson. La versión que K. me da coincide con lo que publican medios como CNN acerca de la animadversión del senador por la Florida contra el ex jefe de la petrolera Exxon.

—Rubio quiere que Tillerson se vaya. Quiere a Mike Pompeo en el cargo. —descarga K.

De hecho, Rubio habría convencido a Trump que las olas de renuncias en su cuerpo diplomático de enero y junio se deben a un descontento con la forma en cómo Tillerson maneja el Departamento de Estado. Obviamente sin aludir a la atroz política internacional del presidente, como lo fue sacar a Estados Unidos del acuerdo global contra el cambio climático.

Otra evidencia del avance de Rubio sobre Trump, fue la nominación del legislador por Miami, Carlos Trujillo, como representante de Estados Unidos ante la Asamblea General de la ONU, como uno de los cuatro suplentes de Nikki Haley, así como sus maniobras para hacerse de la política de facto de la Casa Blanca hacia América Latina.

—¿Y qué quiere Rubio?—, le pregunto a K.

— La vicepresidencia. Los rumores de un impeachment a Trump crecen y si esto ocurre, Mike Pence sería presidente. Mike y Rubio son amigos. Rubio ocupará la vicepresidencia y su otro amigo Mike Pompeo la secretaría de Estado.

—Y desde ahí ser candidato a la Presidencia.

—Y desde ahí ser candidato a la Presidencia.

Pero el asunto no es fácil. Una eventual caída de Trump pasa necesariamente por la caída de Rex Tillerson. Y Marco Rubio se empeña en esto. Fue K. quien hace unas semanas me dijo que la versión de que el secretario de Estado renunciaría al cargo salió de las oficinas de Marco Rubio. El senador “realmente desea la Presidencia”, me dice.

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