Dilma Rousseff moviliza al gobierno ante lluvias que han dejado 26 muertos

Dilma sobrevuela por cuarenta
 minutos algunas de áreas inundadas
 en Espíritu Santo.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció este martes una amplia movilización de su Gobierno, con acciones de diferentes ministerios y el envío de ayuda, para hacer frente a las lluvias que han castigado en los últimos días el sudeste de Brasil y han dejado 26 muertos y unos 47 000 desalojados.

El anuncio fue realizado por una visiblemente conmovida jefe de Estado tras sobrevolar por cuarenta minutos algunas de áreas inundadas en Espíritu Santo, el estado más afectado por las lluvias y en el que 45 de sus 78 municipios ya declararon el estado de emergencia o de calamidad pública.

“Ya vi en otros estados situaciones fantásticas de inundaciones, pero aquí vi una cantidad de agua absurda, impresionante”, afirmó la gobernante al referirse a las áreas inundadas que sobrevoló.

Según el último boletín de la Defensa Civil de Espíritu Santo, desde el comienzo de las lluvias hace poco más de una semana se han registrado doce muertos, 45 heridos y cerca de 46.200 desalojados.

En el vecino estado de Minas Gerais, por su parte, el número de víctimas llegó a catorce y el de desalojados a 700.

“La tragedia provocada por las lluvias en Espíritu Santo destruyó vidas, carreteras y sueños. Vamos a reconstruir los tres”, aseguró la mandataria en su cuenta en Twitter tras reunirse en la región afectada con los responsables por las tareas de rescate.

La mandataria aseguró que la prioridad del Gobierno es rescatar a las cientos de familias que quedaron aisladas en municipios afectados por inundaciones y por crecidas de ríos, así como ofrecer abrigo a las familias que perdieron su vivienda.

En ese sentido, destacó el envío a la región de soldados del Ejército y de agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad que, con sus helicópteros y camiones, han ayudado a los equipos de rescate en las tareas de ubicación y remoción de personas aisladas.

“En seguida vamos a reconstruir las ciudades y los municipios inundados; reconstruir carreteras, hospitales, escuelas y viviendas”, agregó la mandataria al relatar los daños provocados por la caída en pocos días del doble de la lluvia esperada para todo el mes de diciembre en Espíritu Santo.

“También vamos a realizar las obras de infraestructura preventiva necesarias, como represas, protección de laderas y drenaje urbano, para impedir que nuevos períodos de lluvias con esta dimensión provoque tragedias como ésta”, agregó en Twitter.

Además de la movilización de las Fuerzas Armadas y de equipos de los ministerios de Salud, Desarrollo Social e Integración Nacional (infraestructura), la mandataria también anunció el envío de medicinas y utensilios para atender a los damnificados.

Entre el material ya enviado destacan 9.000 conjuntos para atención de damnificados, que incluyen frazadas y material de higiene personal, y 10.000 de medicinas, cada uno con capacidad para abastecer hasta 1.500 personas en 30 días, según un comunicado de la Presidencia.

Igualmente fueron enviados 20.000 frascos con químicos para la purificación del agua y varias toneladas de alimentos.

Rousseff dijo haber puesto en marcha una compleja acción interministerial que comenzó con las alertas del Centro Nacional de Vigilancia de Desastres Naturales y el envío de los militares y de una Fuerza Nacional del Ministerio de Salud para tratar damnificados y prevenir enfermedades.

Un equipo de ingenieros del Ministerio de Defensa también fue desplazado a Espíritu Santo para que analice la necesidad de tender puentes provisionales en las regiones afectadas.

Las medidas fueron anunciadas tras la reunión de poco más de una hora que la mandataria tuvo en Vitoria, capital regional, con el gobernador de Espíritu Santo, Renato Casagrande; el ministro de Defensa, Celso Amorim, y comandantes de la Defensa Civil y de los Bomberos para coordinar las tareas de rescate.

También participaron en el encuentro los ministros de Integración Nacional, Francisco Teixeira, y Salud, Alexandre Padilha; así como el comandante del Ejército, general Enzo Peri.

“La región enfrenta el mayor desastre climático en varios años.

El momento es triste porque hay sufrimiento por la pérdida de vidas y por las dificultades de casi 50.000 familias expulsadas de sus casas en vísperas de Navidad”, dijo Casagrande.
(Con información de EFE)

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